jueves, 26 de febrero de 2009

EDAD DE ORO

UNIVERSIDAD CRISTIANA LATINOAMERICANA
ESCUELA DE COMUNICACIONES
APRECIACION CINEMATOGRAFICA
SEPTIMO SEMESTRE
VERONICA ARANDI

Análisis
Película; Edad de Oro de Luis Buñuel

El entorno esta hecho de que esta segunda película fuera escrita y rodada una vez que Buñuel formaba parte ya del grupo surrealista de París es un dato realmente importante a la hora de contextualizar esta película como obra surrealista y para poder apreciar todo su valor plenamente.
Y es surrealista no sólo en la forma externa, en las diferentes escenas, en las imágenes impactantes que sobresaltan a los espectadores o en las arriesgadas asociaciones y metáforas. Es, además y esencialmente, una manifestación surrealista en su contenido, en el fondo, en la medida en que relata una historia de amor pasional que trata de romper las barreras que se le imponen, los límites. Asimismo, hay un trasfondo de rebelión, revolución y cuestionamiento de las normas morales y sociales muy evidente.
Son estos dos los hilos argumentales esencialmente surrealistas en la cinta, con algunos añadidos quizá no tan evidentes.
Una vez rodada, Buñuel consigue que se proyecte en el Studio des Ursulines, donde la ven Man Ray y Louis Aragon, quienes, impresionados, deciden que hay que promocionar la película porque la consideraron una obra realmente surrealista.
Ray y Aragon hablaron con tanta admiración de Buñuel y su película al resto de los miembros del grupo surrealista que Buñuel fue invitado a una reunión al café Cyrano y fue inmediatamente admitido en el grupo. Como se puede comprobar, fue el arte de Buñuel, carente de todo nombre o etiqueta aún, lo que le permitió convertirse y convertir sus obras posteriores en surrealistas.
El caso es que Un perro andaluz tuvo verdadero éxito, pese a lo provocativa y polémica que era y sigue siendo aún hoy, lo cual le dio a Buñuel no sólo dinero o fama, sino la motivación necesaria para seguir haciendo cine.
Sin embargo, financiar una película era verdaderamente costoso, así que Buñuel renunció relativamente pronto a esta idea de continuar con el cine, a pesar de lo cual seguía apuntando las ideas, gags, argumentos... que se le ocurrían. Un día, Georges-Henri Rivière le presentó a los vizcondes de Noailles, que estaban verdaderamente interesados en él a raíz de haberse visto agradablemente impresionados por la película de Buñuel. Éste se mostró reticente en un principio por tratarse de aristócratas, clase social a la que abiertamente despreciaba, pero Riviére le convenció y acudió Buñuel a una cena a casa de estos en Hyéres.
Los planes de los Noailles eran darle dinero y libertad total a Buñuel para hacer una película, con la única condición de que la música fuera de Stravinsky. Buñuel rechazó la idea, pese a lo cual la oferta de hacer la película siguió en pie. Entonces, Buñuel decidió ir a Cadaqués a visitar a Dalí y tratar de trabajar con él, como un año antes había hecho para Un perro andaluz. Esta vez no funcionó el entendimiento de antaño y, decepcionado, Buñuel regresó a París. Escribió el guión en la mansión de los Noailles de Hyères. Escribía durante el día y por las noches les leía los avances hechos y ellos aceptan todo complacidos.






Comentario:
Creación surrealista, segunda obra de Luis Buñuel y primer largometraje. Su anticlericalismo, la oposición a los valores burgueses, los aspectos sádicos y blasfemos, el sentido del humor y la ironía la convierten en el manifiesto de sus ideas y creencias y en el referente de su producción posterior. Escandalizó a la extrema derecha en Francia por la crítica feroz de la Iglesia y demás instituciones y fue prohibida a las pocas semanas de su estreno.

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